Natalia Pozo, una madre antofagastina, vivió una desgarradora experiencia en el consulado de Chile en Sidney mientras intentaba repatriar el cuerpo de su hijo fallecido. Según su relato, la situación se tornó crítica cuando fue retenida sin justificación por el cónsul Sebastián Canales durante el proceso de gestión. En una entrevista con Chilevisión, Pozo expresó su profundo dolor: Yo no solo perdí a mi hijo, sino al amor y compañero de mi vida . La causa de la muerte de su hijo aún se encuentra bajo investigación, aunque se sospecha que podría haber sido accidental. Al acudir al consulado en busca de ayuda, Natalia enfrentó una serie de obstáculos. Afirmó que recibió asistencia limitada, que incluyó solo dos visitas al Servicio Médico Legal y una a la policía, y se sintió sola en un momento crítico, ya que no dominaba el idioma. Yo ni siquiera podía hablar en español y tuve que hacer todo sola, lo cual es inaceptable porque los consulados están para ayudar , comentó. En medio de esta angustiante situación, recibió una ayuda inicial de $150 mil para gastos funerarios, pero al solicitar asistencia legal, la situación con el cónsul se tornó tensa. Pozo relató que Canales le sugirió usar Google para encontrar un abogado, lo que consideró totalmente inapropiado dado el contexto. La tensión culminó cuando Pozo fue instada a entrar nuevamente al consulado para poder avanzar en el proceso. Al hacerlo, aseguró que se le cerró la puerta con llave. Me dijeron que no me iban a pasar la documentación si no entraba. Entré y cerraron la puerta con llave , relató. Durante este episodio, Pozo denunció haber sufrido agresiones verbales y burlas sobre la muerte de su hijo. Me contaba con los dedos 1, 2 y 3 para decirme que me fuera, así como cuando una persona te va a golpear , recordó. Posteriormente, Natalia se dirigió al hospital para constatar lesiones, donde se documentó que presentaba signos de intento de asfixia. Desde la Cancillería chilena, se expresó lamento y empatía por la situación, asegurando que el consulado ha estado al tanto del caso y ha brindado atención desde hace semanas. En respuesta a la denuncia de agresión, la Cancillería indicó que se ha iniciado un sumario para esclarecer los hechos y tomar las medidas correspondientes.
Las autoridades de Queensland, Australia, están en una búsqueda intensa para localizar a un hombre de 33 años que arrojó agua hirviendo a un bebé de nueve meses en un parque de Brisbane. El incidente ocurrió mientras el pequeño, llamado Luka, disfrutaba de un picnic con su padre. Ante esto, según testigos, el hombre, de origen asiático, se acercó inesperadamente al bebé y le vació un termo con agua hirviendo directamente en la cara, causándole quemaduras graves en su rostro y partes de su cuerpo. La familia del menor ha declarado que no conocía al atacante ni entendía las motivaciones detrás de este brutal ataque. Asimismo, el menor que sufrió quemaduras severas, ha tenido que someterse a múltiples operaciones e injertos de piel para tratar las heridas. La situación ha conmocionado a la comunidad local, y las autoridades han redoblado sus esfuerzos para capturar al responsable. Ahora bien, el sospechoso logró evadir la captura y salió de Australia desde el Aeropuerto de Sídney apenas 12 horas antes de que la policía pudiera identificarlo utilizando imágenes de las cámaras de seguridad del parque y del aeropuerto. Las autoridades de Queensland están colaborando con agencias internacionales para localizar al hombre, quien enfrenta cargos de daño corporal grave, un delito que en Australia puede ser castigado con cadena perpetua. Finalmente, desde el país han pedido a cualquier persona que tenga información sobre el paradero del sospechoso que se comunique inmediatamente con la policía. Mientras tanto, la familia del pequeño Luka enfrenta un largo camino de recuperación, apoyados por la comunidad local que ha mostrado su solidaridad y apoyo ante este doloroso episodio.
Lo que aparentaba ser un sobre con artesanía en cobre que viajaba como encomienda desde Santiago hasta Australia, terminó por transformarse en un hallazgo de drogas de exportación. Así lo informaron desde la Dirección Regional de la Aduana Metropolitana, cuyos fiscalizadores descubrieron este particular hallazgo tras someter el material a rayos X y otros análisis.
Natalia Pozo, una madre antofagastina, vivió una desgarradora experiencia en el consulado de Chile en Sidney mientras intentaba repatriar el cuerpo de su hijo fallecido. Según su relato, la situación se tornó crítica cuando fue retenida sin justificación por el cónsul Sebastián Canales durante el proceso de gestión. En una entrevista con Chilevisión, Pozo expresó su profundo dolor: Yo no solo perdí a mi hijo, sino al amor y compañero de mi vida . La causa de la muerte de su hijo aún se encuentra bajo investigación, aunque se sospecha que podría haber sido accidental. Al acudir al consulado en busca de ayuda, Natalia enfrentó una serie de obstáculos. Afirmó que recibió asistencia limitada, que incluyó solo dos visitas al Servicio Médico Legal y una a la policía, y se sintió sola en un momento crítico, ya que no dominaba el idioma. Yo ni siquiera podía hablar en español y tuve que hacer todo sola, lo cual es inaceptable porque los consulados están para ayudar , comentó. En medio de esta angustiante situación, recibió una ayuda inicial de $150 mil para gastos funerarios, pero al solicitar asistencia legal, la situación con el cónsul se tornó tensa. Pozo relató que Canales le sugirió usar Google para encontrar un abogado, lo que consideró totalmente inapropiado dado el contexto. La tensión culminó cuando Pozo fue instada a entrar nuevamente al consulado para poder avanzar en el proceso. Al hacerlo, aseguró que se le cerró la puerta con llave. Me dijeron que no me iban a pasar la documentación si no entraba. Entré y cerraron la puerta con llave , relató. Durante este episodio, Pozo denunció haber sufrido agresiones verbales y burlas sobre la muerte de su hijo. Me contaba con los dedos 1, 2 y 3 para decirme que me fuera, así como cuando una persona te va a golpear , recordó. Posteriormente, Natalia se dirigió al hospital para constatar lesiones, donde se documentó que presentaba signos de intento de asfixia. Desde la Cancillería chilena, se expresó lamento y empatía por la situación, asegurando que el consulado ha estado al tanto del caso y ha brindado atención desde hace semanas. En respuesta a la denuncia de agresión, la Cancillería indicó que se ha iniciado un sumario para esclarecer los hechos y tomar las medidas correspondientes.
Las autoridades de Queensland, Australia, están en una búsqueda intensa para localizar a un hombre de 33 años que arrojó agua hirviendo a un bebé de nueve meses en un parque de Brisbane. El incidente ocurrió mientras el pequeño, llamado Luka, disfrutaba de un picnic con su padre. Ante esto, según testigos, el hombre, de origen asiático, se acercó inesperadamente al bebé y le vació un termo con agua hirviendo directamente en la cara, causándole quemaduras graves en su rostro y partes de su cuerpo. La familia del menor ha declarado que no conocía al atacante ni entendía las motivaciones detrás de este brutal ataque. Asimismo, el menor que sufrió quemaduras severas, ha tenido que someterse a múltiples operaciones e injertos de piel para tratar las heridas. La situación ha conmocionado a la comunidad local, y las autoridades han redoblado sus esfuerzos para capturar al responsable. Ahora bien, el sospechoso logró evadir la captura y salió de Australia desde el Aeropuerto de Sídney apenas 12 horas antes de que la policía pudiera identificarlo utilizando imágenes de las cámaras de seguridad del parque y del aeropuerto. Las autoridades de Queensland están colaborando con agencias internacionales para localizar al hombre, quien enfrenta cargos de daño corporal grave, un delito que en Australia puede ser castigado con cadena perpetua. Finalmente, desde el país han pedido a cualquier persona que tenga información sobre el paradero del sospechoso que se comunique inmediatamente con la policía. Mientras tanto, la familia del pequeño Luka enfrenta un largo camino de recuperación, apoyados por la comunidad local que ha mostrado su solidaridad y apoyo ante este doloroso episodio.
Lo que aparentaba ser un sobre con artesanía en cobre que viajaba como encomienda desde Santiago hasta Australia, terminó por transformarse en un hallazgo de drogas de exportación. Así lo informaron desde la Dirección Regional de la Aduana Metropolitana, cuyos fiscalizadores descubrieron este particular hallazgo tras someter el material a rayos X y otros análisis.