Detectives de la Brigada Investigadora de Delitos contra el Medio Ambiente y Patrimonio Cultural de Antofagasta (BIDEMA) arrestaron a una ciudadana chilena tras la denuncia por maltrato y abandono animal. La denuncia alertó sobre dos canes que se encontraban en un estado crítico de desnutrición y deshidratación en un domicilio del sector norte de la ciudad. Ante esto, la investigación liderada por la Comisaria Rosario Muñoz Córdova, permitió a los oficiales localizar a la imputada y realizar un examen preliminar de los perros, de raza mestiza. La mujer, quien fue detenida por los cargos de abandono y maltrato, entregó voluntariamente a los animales para su rescate. Asimismo, la Comisaria Muñoz destacó el compromiso de la Policía de Investigaciones de Chile, no solo en la protección de los animales, sino también en la gestión de su recuperación y bienestar. En este caso, los dos perros fueron trasladados al PET Municipal de Antofagasta, donde fueron hospitalizados para recibir el tratamiento necesario, con miras a su pronta adopción. Finalmente, los hechos se informaron al Ministerio Público, y la imputada quedó apercibida mientras se continúa con las investigaciones. La acción de BIDEMA refleja el esfuerzo por garantizar el bienestar de los animales, promoviendo su protección frente a situaciones de abuso.
La Brigada de Investigadora de Delitos Contra el Medio Ambiente y Patrimonio Cultural (BIDEMA) logró recuperar una perrita de raza Yorkshire, que había sido retenida durante más de un año por una persona que la encontró en la vía pública y decidió quedarse con ella. Este caso pone de manifiesto los riesgos legales de apropiarse de un animal sin realizar el procedimiento adecuado para determinar su dueño. Ante esto, el hallazgo fue realizado en Antofagasta, luego de que el propietario original, preocupado por la desaparición de su mascota, interpusiera una denuncia por el delito de Hurto de Hallazgo ante la Fiscalía Local de la ciudad. A partir de la denuncia, se inició una exhaustiva investigación que permitió dar con el paradero del animal, una perra hembra bicolor que, afortunadamente, se encontraba en buen estado de salud. Asimismo, la persona que tenía al can en su poder explicó que lo había encontrado en la calle y, con el tiempo, se encariñó con ella, negándose a devolverla a su legítimo dueño. Ante esta situación, el propietario tomó las acciones legales pertinentes, lo que llevó a la formalización de la investigación por parte de BIDEMA. La jefa de la unidad, comisario Rosario Muñoz Córdova, señaló que tras la recuperación de la mascota, se procedió a revisar el microchip del animal, lo que confirmó la identidad de su propietario. Posteriormente, la perra fue entregada al dueño, quien pudo reunirse nuevamente con su mascota tras más de un año de incertidumbre. El caso destaca la importancia de no quedarse con un animal encontrado en la vía pública sin hacer los esfuerzos necesarios para ubicar a su dueño. La oficial Muñoz Córdova hizo un llamado a la comunidad para que, al encontrar un animal, se lo lleve a un lugar donde puedan leer su chip y verificar su propiedad, para evitar posibles sanciones legales. Finalmente, la apropiación indebida de un animal está tipificada en el Artículo 448 del Código Penal, y puede ser considerada un delito de hurto.
La Brigada Investigadora de Delitos contra el Medio Ambiente y Patrimonio Cultural (BIDEMA) de Antofagasta, en colaboración con la Fiscalía Local de Taltal, llevó a cabo un operativo en el marco de la investigación por el delito de contrabando de especies protegidas, específicamente cactáceas de la familia Copiapoa . Esta acción formó parte de la Operación Internacional Thunder y se desarrolló en el sector norte de Antofagasta, donde se inspeccionaron dos viveros en busca de estas plantas amenazadas. El procedimiento se realizó en coordinación con el Departamento de Fiscalización y Evaluación Ambiental de CONAF y el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG). En el operativo, y con autorización voluntaria de los encargados de los viveros, se inspeccionaron diversas especies comercializadas con el objetivo de recolectar información relevante para la investigación, bajo el conocimiento del fiscal a cargo. La comisaria Rosario Muñoz Córdova, jefa de BIDEMA, informó que durante la inspección se incautaron, mediante entrega voluntaria, dos cactáceas protegidas y un saco de leña sin documentación que acredite su origen. Este material fue entregado a CONAF, que realizará los estudios necesarios para determinar su procedencia y legalidad. Los resultados serán incluidos en la investigación. Adicionalmente, se identificó a dos ciudadanos extranjeros en situación migratoria irregular, quienes habrían excedido el plazo permitido de permanencia transitoria en el país. Estos antecedentes fueron remitidos al Departamento de Extranjería y Migraciones de Antofagasta, quedando ambos citados para el correspondiente procedimiento administrativo. El operativo busca garantizar el cumplimiento de la Ley de Bosque Nativo y normativas relacionadas con la flora protegida. La directora regional de CONAF Antofagasta, Anita Huichamán Martin, resaltó la importancia del trabajo conjunto con BIDEMA y SAG en este tipo de acciones, afirmando: “Este tipo de operativos refuerzan nuestras capacidades fiscalizadoras y envían un mensaje claro contra quienes extraen ilegalmente especies de nuestros frágiles ecosistemas”. Por su parte, Cristian Poblete Palma, director regional del SAG, destacó: Nuestro objetivo principal fue verificar la inscripción y el origen de las especies cactáceas. Este esfuerzo conjunto demuestra nuestro compromiso con la protección de la biodiversidad y la preservación de nuestros ecosistemas”.
Con el objetivo de reforzar la protección de especies endémicas y frenar el comercio ilegal que afecta a la flora local, la Brigada Investigadora de Delitos Contra el Medio Ambiente y Patrimonio Cultural ha intensificado sus esfuerzos en la Región de Antofagasta, en colaboración con la Corporación Nacional Forestal (Conaf). El foco de esta alianza es la protección de la cactácea Copiapoa cinerea y Copiapoa sp. , dos especies de cactus endémicos que se encuentran en grave peligro debido a la extracción ilegal. Estas especies, que son representativas de la flora del desierto de Atacama, crecen principalmente en el litoral de la región, entre Paposo y el sector norte de la Región de Atacama, incluyendo el Parque Nacional Pan de Azúcar. Sin embargo, su exclusividad y belleza han atraído a traficantes que las comercializan ilegalmente, tanto a través de internet como en viveros locales, lo que pone en riesgo su supervivencia. El trabajo conjunto entre la Brigada Investigadora de Delitos Contra el Medio Ambiente y Conaf busca abordar de manera integral el combate contra este delito, incluyendo la actualización de las normativas que regulan la protección de especies endémicas y exóticas. En particular, se están realizando ajustes en las directrices que definen la competencia de Conaf en estas áreas, así como evaluando posibles escenarios para mejorar la fiscalización de las especies en cuestión. Uno de los aspectos claves de este proceso es la recopilación de información crucial para las investigaciones relacionadas con el tráfico ilegal de plantas, así como la actualización y fortalecimiento de las leyes y normativas vigentes. Entre las normativas analizadas se incluyen la Ley 20.283 sobre Recuperación del Bosque Nativo y Fomento Forestal, la Ley 20.962 que regula el comercio internacional de especies amenazadas, y el Decreto Supremo 68/2009, que establece la lista de especies arbóreas y arbustivas originarias del país. En este contexto, Conaf tiene un rol fundamental como entidad técnica encargada de verificar la legalidad, trazabilidad y sostenibilidad de las especies, especialmente en situaciones en las que se sospeche de su extracción ilegal. El jefe subrogante de la unidad, comisario Luis Montecinos Sáez, destacó la actividad ya que es muy importante para potenciar la labor conjunta entre ambas instituciones para la conservación de especies endémicas que están en grave riesgo por la comercialización ilegal, en algunos casos, hasta en mercados internacionales.
Detectives de la Brigada Investigadora de Delitos contra el Medio Ambiente y Patrimonio Cultural de Antofagasta (BIDEMA) arrestaron a una ciudadana chilena tras la denuncia por maltrato y abandono animal. La denuncia alertó sobre dos canes que se encontraban en un estado crítico de desnutrición y deshidratación en un domicilio del sector norte de la ciudad. Ante esto, la investigación liderada por la Comisaria Rosario Muñoz Córdova, permitió a los oficiales localizar a la imputada y realizar un examen preliminar de los perros, de raza mestiza. La mujer, quien fue detenida por los cargos de abandono y maltrato, entregó voluntariamente a los animales para su rescate. Asimismo, la Comisaria Muñoz destacó el compromiso de la Policía de Investigaciones de Chile, no solo en la protección de los animales, sino también en la gestión de su recuperación y bienestar. En este caso, los dos perros fueron trasladados al PET Municipal de Antofagasta, donde fueron hospitalizados para recibir el tratamiento necesario, con miras a su pronta adopción. Finalmente, los hechos se informaron al Ministerio Público, y la imputada quedó apercibida mientras se continúa con las investigaciones. La acción de BIDEMA refleja el esfuerzo por garantizar el bienestar de los animales, promoviendo su protección frente a situaciones de abuso.
La Brigada de Investigadora de Delitos Contra el Medio Ambiente y Patrimonio Cultural (BIDEMA) logró recuperar una perrita de raza Yorkshire, que había sido retenida durante más de un año por una persona que la encontró en la vía pública y decidió quedarse con ella. Este caso pone de manifiesto los riesgos legales de apropiarse de un animal sin realizar el procedimiento adecuado para determinar su dueño. Ante esto, el hallazgo fue realizado en Antofagasta, luego de que el propietario original, preocupado por la desaparición de su mascota, interpusiera una denuncia por el delito de Hurto de Hallazgo ante la Fiscalía Local de la ciudad. A partir de la denuncia, se inició una exhaustiva investigación que permitió dar con el paradero del animal, una perra hembra bicolor que, afortunadamente, se encontraba en buen estado de salud. Asimismo, la persona que tenía al can en su poder explicó que lo había encontrado en la calle y, con el tiempo, se encariñó con ella, negándose a devolverla a su legítimo dueño. Ante esta situación, el propietario tomó las acciones legales pertinentes, lo que llevó a la formalización de la investigación por parte de BIDEMA. La jefa de la unidad, comisario Rosario Muñoz Córdova, señaló que tras la recuperación de la mascota, se procedió a revisar el microchip del animal, lo que confirmó la identidad de su propietario. Posteriormente, la perra fue entregada al dueño, quien pudo reunirse nuevamente con su mascota tras más de un año de incertidumbre. El caso destaca la importancia de no quedarse con un animal encontrado en la vía pública sin hacer los esfuerzos necesarios para ubicar a su dueño. La oficial Muñoz Córdova hizo un llamado a la comunidad para que, al encontrar un animal, se lo lleve a un lugar donde puedan leer su chip y verificar su propiedad, para evitar posibles sanciones legales. Finalmente, la apropiación indebida de un animal está tipificada en el Artículo 448 del Código Penal, y puede ser considerada un delito de hurto.
La Brigada Investigadora de Delitos contra el Medio Ambiente y Patrimonio Cultural (BIDEMA) de Antofagasta, en colaboración con la Fiscalía Local de Taltal, llevó a cabo un operativo en el marco de la investigación por el delito de contrabando de especies protegidas, específicamente cactáceas de la familia Copiapoa . Esta acción formó parte de la Operación Internacional Thunder y se desarrolló en el sector norte de Antofagasta, donde se inspeccionaron dos viveros en busca de estas plantas amenazadas. El procedimiento se realizó en coordinación con el Departamento de Fiscalización y Evaluación Ambiental de CONAF y el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG). En el operativo, y con autorización voluntaria de los encargados de los viveros, se inspeccionaron diversas especies comercializadas con el objetivo de recolectar información relevante para la investigación, bajo el conocimiento del fiscal a cargo. La comisaria Rosario Muñoz Córdova, jefa de BIDEMA, informó que durante la inspección se incautaron, mediante entrega voluntaria, dos cactáceas protegidas y un saco de leña sin documentación que acredite su origen. Este material fue entregado a CONAF, que realizará los estudios necesarios para determinar su procedencia y legalidad. Los resultados serán incluidos en la investigación. Adicionalmente, se identificó a dos ciudadanos extranjeros en situación migratoria irregular, quienes habrían excedido el plazo permitido de permanencia transitoria en el país. Estos antecedentes fueron remitidos al Departamento de Extranjería y Migraciones de Antofagasta, quedando ambos citados para el correspondiente procedimiento administrativo. El operativo busca garantizar el cumplimiento de la Ley de Bosque Nativo y normativas relacionadas con la flora protegida. La directora regional de CONAF Antofagasta, Anita Huichamán Martin, resaltó la importancia del trabajo conjunto con BIDEMA y SAG en este tipo de acciones, afirmando: “Este tipo de operativos refuerzan nuestras capacidades fiscalizadoras y envían un mensaje claro contra quienes extraen ilegalmente especies de nuestros frágiles ecosistemas”. Por su parte, Cristian Poblete Palma, director regional del SAG, destacó: Nuestro objetivo principal fue verificar la inscripción y el origen de las especies cactáceas. Este esfuerzo conjunto demuestra nuestro compromiso con la protección de la biodiversidad y la preservación de nuestros ecosistemas”.
Con el objetivo de reforzar la protección de especies endémicas y frenar el comercio ilegal que afecta a la flora local, la Brigada Investigadora de Delitos Contra el Medio Ambiente y Patrimonio Cultural ha intensificado sus esfuerzos en la Región de Antofagasta, en colaboración con la Corporación Nacional Forestal (Conaf). El foco de esta alianza es la protección de la cactácea Copiapoa cinerea y Copiapoa sp. , dos especies de cactus endémicos que se encuentran en grave peligro debido a la extracción ilegal. Estas especies, que son representativas de la flora del desierto de Atacama, crecen principalmente en el litoral de la región, entre Paposo y el sector norte de la Región de Atacama, incluyendo el Parque Nacional Pan de Azúcar. Sin embargo, su exclusividad y belleza han atraído a traficantes que las comercializan ilegalmente, tanto a través de internet como en viveros locales, lo que pone en riesgo su supervivencia. El trabajo conjunto entre la Brigada Investigadora de Delitos Contra el Medio Ambiente y Conaf busca abordar de manera integral el combate contra este delito, incluyendo la actualización de las normativas que regulan la protección de especies endémicas y exóticas. En particular, se están realizando ajustes en las directrices que definen la competencia de Conaf en estas áreas, así como evaluando posibles escenarios para mejorar la fiscalización de las especies en cuestión. Uno de los aspectos claves de este proceso es la recopilación de información crucial para las investigaciones relacionadas con el tráfico ilegal de plantas, así como la actualización y fortalecimiento de las leyes y normativas vigentes. Entre las normativas analizadas se incluyen la Ley 20.283 sobre Recuperación del Bosque Nativo y Fomento Forestal, la Ley 20.962 que regula el comercio internacional de especies amenazadas, y el Decreto Supremo 68/2009, que establece la lista de especies arbóreas y arbustivas originarias del país. En este contexto, Conaf tiene un rol fundamental como entidad técnica encargada de verificar la legalidad, trazabilidad y sostenibilidad de las especies, especialmente en situaciones en las que se sospeche de su extracción ilegal. El jefe subrogante de la unidad, comisario Luis Montecinos Sáez, destacó la actividad ya que es muy importante para potenciar la labor conjunta entre ambas instituciones para la conservación de especies endémicas que están en grave riesgo por la comercialización ilegal, en algunos casos, hasta en mercados internacionales.